¿Te preguntas por qué en el ayuno a intervalos hay que estar unas 16 horas sin comer? Te lo explicamos: porque la «autofagia» y, con ello, el proceso de limpieza del propio cuerpo, solo surge tras ese largo lapo de tiempo sin comer. Esto tiene muchos efectos positivos en el cuerpo y la salud humana, ya que, por así decirlo, la autolimpieza que hace nuestro organismo permite reciclar la «basura» que ingerimos con los alimentos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la fase de regeneración importante comienza realmente tras 16 horas de ayuno. En las fases de ayuno solo se permite ingerir bebidas no azucaradas, como, por ejemplo, agua, café o té verde sin leche ni azúcar. ¡El mínimo sorbo de zumo de frutas destruye el proceso!
Dicho en pocas palabras: el plan de ayuno es un programa «detox» del propio cuerpo y conlleva la limpieza de todas las células, lo que a su vez se traduce en efectos muy positivos para muchos órganos y enfermedades crónicas. La autofagia también influye en el proceso de envejecimiento. El ayuno es una auténtica fuente de juventud, siempre y cuando la mitad del ayuno, es decir, las ocho primeras horas, tenga lugar antes de medianoche.
Estos conocimientos adquiridos acerca de la autofagia son relativamente nuevos, y se han obtenido sobre todo gracias al biólogo celular japonés Yoshinori Ohsumi, premio Nobel de medicina en 2016.
Al contrario que lo que sucedía con nuestros antepasados, comer ya no tiene que ver solo con la necesidad primaria de aplacar el hambre: en las comidas con familiares o amigos el placer está en primer plano, y a menudo, bastante a menudo, nos mimamos con un trocito de chocolate o nos premiamos con una bolsa de patatas fritas entre horas cuando estamos estresados. Además, al menor indicio de hambre, picamos cualquier cosa rápidamente, muchas veces si pensar. A ver, con la mano en el corazón: ¿cuándo fue la última vez que te sonaron las tripas de verdad?
«Comemos hasta matarnos», dice la doctora rusa Galina Shatalova en su libro Wir fressen uns zu Tode. Y es cierto que muchas enfermedades de la civilización se deben al exceso de comida, a una alimentación y formas de vida erróneas, o de que el riesgo de que así sea aumente poderosamente, entre ellas las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y otras muchas más. Un índice de masa corporal (IMC) ligeramente más alto ya puede ocasionar una de las enfermedades arriba nombradas La mejor medida de prevención son ayunos regulares de al menos 16 horas. Algunos estudios indican que el ayuno también ayuda a normalizar los valores de grasa en la sangre y la presión arterial alta.
Otra ventaja del ayuno es su efecto positivo frente al envejecimiento, pues lo ralentiza considerablemente. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que comer de forma irregular o hacerlo tarde provoca que la piel requiera mucho más tiempo para poder regenerarse o «reparar» los daños ocasionados. Por lo tanto, renunciar a golosear por la tarde beneficiará mucho a tu piel.
Asimismo, estudios con animales han demostrado que un ayuno regular de al menos 16 horas puede ralentizar el envejecimiento hasta en un tercio. Lo interesante de esto es que, al renunciar a la cena, el efecto positivo fue mucho más significativo que dejar de desayunar, a pesar de que en este caso también hubo un ayuno de 16 horas.
Muchas personas que ayunan regularmente se sienten más activas, tienen un mayor rendimiento y están más satisfechas. Y esto no solo se debe a que cada día se acercan más a su peso ideal, sino a que ayunar produce una reacción bioquímica que influye en nuestra psique. El motivo es que, al renunciar durante 16 horas a alimentarnos por la tarde-noche, se produce una mayor concentración de serotonina, la hormona de la felicidad. Los responsables son las denominadas cetonas, que aparecen cuando se queman las reservas de energía sobrante del cuerpo. Estos cuerpos cetónicos se ocupan, además, de estimular las células nerviosas y de hacer que aumenten los transmisores, como la serotonina, que se liberan a primeras horas de la mañana.