Introducción
¿Te gustaría adelgazar sin tener que contar calorías, apuntarte a un club o alimentarte exclusivamente de líquidos dietéticos? ¿Estás buscando un método que garantice el éxito a largo plazo sin ningún efecto yoyó? ¿Y además quieres perder peso más rápidamente y, al mismo tiempo, ralentizar el envejecimiento?
La solución es la Cronodieta: te ayudará a lograr tu figura ideal y hacer algo por tu salud sin tener que renunciar a tus comidas favoritas.
Además, la Cronodieta cuenta con la ventaja de que se integra fácilmente en tu rutina diaria. Lo importante es mantener los tiempos y la correcta composición de las comidas.
Así funciona la Cronodieta
Seguro que ya conoces el dicho: «Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo». Si sigues este refrán, empezarás la Cronodieta casi sin esfuerzo y adoptarás muy pronto este nuevo ritmo de comidas.
Todo comienzo es fácil
La regla básica de la Cronodieta es empezar realizando solo tres comidas al día: desayuno, almuerzo y cena. Además, es importante que entre el desayuno y el almuerzo, al igual que entre este y la cena, dejes pasar entre cuatro y cinco horas sin comer. Entre la cena y el desayuno, lo más saludable es pasar al menos 12 horas en ayunas. Esto le permitirá a tu cuerpo quemar las reservas de grasa.
La Cronodieta es un estilo de vida a largo plazo que te ayudará a optimizar tu peso y ajustar tus procesos biológicos en función de las horas del día. Se trata, por ejemplo, de adaptar las comidas al ritmo natural del cuerpo, es decir, saber cuándo el cuerpo puede ingerir y procesar mejor determinados alimentos sin perder en absoluto el sabor y la variedad de cada comida.
Lo esencial es una nutrición equilibrada
La clave del éxito no solo está en seguir las reglas básicas de la Cronodieta, o sea, cuándo debes comer algo o no: también es fundamental saber qué estás ingiriendo en esa comida.
Durante las fases de comida debes procurar no pasarte y evitar comer todo tipo de alimentos en cada ingesta: es mucho mejor seguir una alimentación equilibrada según las leyes de la cronobiología.
El cuerpo procesa el azúcar, la grasa y las proteínas de forma diferente según las horas del día. Por la mañana hay que consumir sobre todo hidratos de carbono; a mediodía, una mezcla equilibrada de proteínas, grasas e hidratos de carbono, y por la noche, abundantes proteínas. Este sano plan nutricional determinado según la cronobiología evita una producción excesiva de insulina, dando una sensación de saciedad suficiente entre las comidas y mejorando tu metabolismo. Eso sí: siempre y cuando no piques y te mantengas lejos de los aperitivos entre horas.
Las variantes de la Cronodieta
El principio básico de la Cronodieta se fundamenta en las pausas entre las comidas. Así pues, aparte del ritmo nutricional descrito anteriormente, dispones de más variantes. Esto depende del método que mejor se adapte a tu ritmo diario, es decir, qué versión te resulta más fácil seguir.
Ayuno intermitente
La forma de ayuno intermitente más conocida actualmente es el ritmo 16:8. Se trata de poder comer durante un periodo de 8 horas y permanecer en ayunas las 16 horas restantes. En la práctica, tu plan diario podría ser, por ejemplo, así: a las 8:00 h el desayuno, a las 12:00 el almuerzo y a las 16:00 la merienda-cena. Lo importante es que entre la última comida y medianoche pasen al menos 8 horas.
Saltarse la cena
Altre varianti di digiuno sono il ritmo 18:6 e il 20:4, con i quali si digiuna rispettivamente per 18 e 20 ore. In questi casi, però, non si riescono a fare tre pasti al giorno, bensì solo uno o due. Questo ritmo “salta la cena” – anche noto come dinner cancelling – si è dimostrato peraltro particolarmente efficace. In ogni caso non bisognerebbe mai rinunciare alla colazione.
Días de ayuno
Otra posibilidad del ayuno intermitente: hacer un día de ayuno a la semana, en el cual renuncias a tomar alimentos sólidos. Otro muy efectivo y popular es el denominado ADF o Alternate Day Fasting (ayuno en días alternos), que consiste en comer un día, ayunar otro, volver a comer, ayunar y así sucesivamente. Pero en este caso también se come solo tres veces los días que no se ayuna: desayuno, almuerzo y cena, sin picar nada entre horas.