Perder peso puede ser cuestión de tiempo, ¡literalmente!
La cronobiología, un campo creciente de las ciencias biológicas, estudia la diferencia entre los procesos internos que tienen lugar en el cuerpo de los organismos vivos y compara cómo reaccionan estos procesos durante el día y durante la noche.
En una investigación reciente realizada por el reputado cronobiólogo Dr. Satchidananda Panda, profesor asociado del Instituto Salk de Estudios Biológicos de San Diego (California), se utilizaron ratones de laboratorio para determinar si la hora del día a la que decidían comer -no las calorías ni los alimentos que ingerían- podía considerarse el factor que más influía en el aumento de peso.
La justificación del Dr. Panda para este experimento era que, aunque podemos suponer que nuestros procesos corporales siguen un ciclo típico de 24 horas, también conocido como ritmo circadiano, dichos procesos difieren enormemente en función de la hora del día en que se producen. Por lo tanto, puede que tengamos que replantearnos lo de «cenar» y empezar a adoptar una mentalidad de «comer según la luz del día» si queremos perder o mantener nuestro peso, y aun así no restringir el consumo de calorías.
Estudios del Instituto Salk: Dietas con restricciones horarias
Se realizaron dos estudios sobre la pérdida de peso y los horarios de comida con ratones. Los investigadores del Instituto Salk realizaron el primer estudio en 2012. Los ratones se dividieron en dos grupos: un grupo de alimentación «a todas horas» que podía acceder a la comida siempre que quisiera, y un grupo de «alimentación restringida en el tiempo», también conocido como grupo TRF.
El primer grupo podía comer todo lo que quisiera y acceder a la comida a cualquier hora del día. Al grupo TRF sólo se le daba comida en un periodo de tiempo de 9 a 12 horas, pero también podían comer lo que quisieran y tanto como quisieran. El consumo de calorías de los ratones no estaba restringido. Los ratones no hacían ejercicio, ni su alimentación era específica.
El primer estudio
Los resultados mostraron que los ratones «todo el día» enfermaron, desarrollaron los primeros síntomas de la diabetes y engordaron. Por el contrario, los ratones TRF con una ventana de 9 a 12 horas ganaron muy poco peso y su metabolismo no se vio afectado. En resumen, dos grupos homogéneos formados por el mismo tipo de ratones comieron las mismas cantidades de comida sin ninguna restricción y ¡el peso corporal de cada uno de los grupos se vio afectado totalmente por la hora del día a la que comieron!
La conclusión de este primer estudio fue que la TRF era eficaz contra la obesidad independientemente del consumo de calorías. Mientras tanto, el grupo de «todas las horas» siguió siendo obeso o ganó más peso durante todo el experimento de comer siempre que quisieran. Un segundo hallazgo significativo es que la TRF también era eficaz contra las dietas ricas en grasas, sacarosa y fructosa. Esto es lo que sirvió de punto de partida para el segundo estudio.
El segundo estudio

Otro cambio en las variables fue que esta vez se controló el consumo de calorías, lo que significa que ambos grupos comieron la misma cantidad de calorías. Al igual que en el primer proyecto, se formaron dos grupos de ratones. A un grupo se le permitió comer a todas horas y el segundo grupo fue el grupo TRF con una ventana de tiempo para comer ampliada a nueve, 12 o 15 horas. Esto significa que los ratones TRF fluctuaron en sus horarios de comida y se alargó su ventana de tiempo para comer.
Otro cambio significativo en las variables fue que a los ratones TRF se les permitió «hacer trampas» de vez en cuando los fines de semana durante las 38 semanas que duró el proyecto. No siguieron un plan todo el tiempo. Además, se cambió un grupo de ratones «todo el día» al horario TRF a mitad del estudio.
Al igual que en el primer proyecto, los ratones «todo el día» siguieron siendo obesos, engordaron o presentaron trastornos metabólicos. Los ratones TRF volvieron a ser o se mantuvieron sanos, incluso haciendo trampas durante los fines de semana. Además, los ratones que a mitad del estudio pasaron de comer «a todas horas» a comer TRF perdieron parte o la mayor parte del peso que habían ganado.
El Dr. Panda concluyó que la Alimentación Restringida en el Tiempo (ERT) previene y revierte la obesidad. La hipótesis es que las horas de comida influyen más en el ritmo circadiano del cuerpo que las señales de luz y oscuridad.
¿Implicaciones para los humanos?





