Las células asesinas naturales actúan como el equipo de respuesta rápida del sistema inmunitario, pero el estrés causado por la ansiedad y el insomnio puede reducir su número sin que nadie se dé cuenta. En un estudio se observó que ambos trastornos se asociaban a un número significativamente menor de células NK, sobre todo de los tipos circulantes responsables de destruir las células infectadas o anormales. A medida que aumentaba la gravedad de la ansiedad, el número de células NK disminuía aún más, lo que sugiere un debilitamiento de las defensas inmunitarias relacionado con el estrés.
Las células NK y su función
Elestrés y el insomnio son problemas muy extendidos en la sociedad actual que están estrechamente relacionados y pueden tener un impacto significativo en la salud física y mental. Investigaciones recientes demuestran que el estrés y el insomnio pueden destruir silenciosamente uno de los mecanismos de defensa más importantes del sistema inmunitario.
Las células asesinas naturales (células NK) desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario. Ayudan a combatir las infecciones atacando a los microbios invasores, las sustancias extrañas y las células dañadas o infectadas en una fase temprana, limitando así su propagación. Se sabe que reconocen y destruyen células infectadas o sospechosas de ser tumorales. A diferencia de las células T, que desarrollan una respuesta inmunitaria específica frente a determinados antígenos, las células NK actúan de forma inespecífica y reconocen una variedad de células diana consideradas «anormales».
Las células NK pueden destruir directamente las células infectadas liberando citotoxinas que destruyen las células diana. También tienen la capacidad de reconocer las células que tienen una expresión reducida de moléculas MHC de clase I (complejo mayor de histocompatibilidad) en su superficie. Muchas infecciones víricas y células tumorales tienden a reducir la expresión de estas moléculas MHC I, lo que indica a las células NK que deben atacarlas.
Otro aspecto interesante de las células NK es su capacidad para producir citocinas como el interferón-gamma, que pueden desencadenar una respuesta inflamatoria y potenciar la actividad de otras células inmunitarias. Las células NK migran por el torrente sanguíneo (circulantes) o permanecen en tejidos y órganos específicos. Si el número de células NK disminuye demasiado, el sistema inmunitario deja de funcionar correctamente, lo que aumenta el riesgo de enfermedad.
Los trastornos de ansiedad y el insomnio perjudican la actividad inmunitaria saludable. Dado que estos trastornos son cada vez más frecuentes, investigadores de Arabia Saudí estudiaron su relación con los niveles de células NK en jóvenes estudiantes. Sus conclusiones se publicaron en Frontiers in Immunology. «Descubrimos que las estudiantes con síntomas de insomnio presentaban una disminución del número y el porcentaje de células NK totales y de sus subpoblaciones», afirmó el Dr. Renad Alhamawi, primer autor y profesor adjunto de inmunología e inmunoterapia en la Universidad de Taibah. «Los estudiantes con síntomas de ansiedad general, por otro lado, tenían un menor porcentaje y número de células NK circulantes y sus subpoblaciones en comparación con los estudiantes sin síntomas».
Diseño del estudio y perfiles de salud de los estudiantes
Participaron en el estudio 60 estudiantes de sexo femenino con edades comprendidas entre los 17 y los 23 años. Cada participante rellenó tres cuestionarios sobre información sociodemográfica y síntomas relacionados con la ansiedad y el insomnio. La información sobre la ansiedad y los trastornos del sueño fue facilitada por las propias participantes. Según las encuestas, aproximadamente el 53% de las estudiantes sufría trastornos del sueño asociados al insomnio y el 75% declaraba síntomas de ansiedad, de los cuales aproximadamente el 17% y el 13% entraban en las categorías de moderada y grave.
También se tomaron muestras de sangre para medir distintos tipos de células NK. Las células NK comprenden dos subgrupos principales: Las células CD16+CD56dim, que constituyen la mayoría de las células NK del sistema nervioso que conecta el sistema nervioso central con el resto del cuerpo (células NK periféricas). Este subtipo es citotóxico, lo que significa que puede destruir células que invaden o dañan el organismo. El segundo subgrupo, las células CD16+CD56high, es menos frecuente y contribuye a la liberación de proteínas que actúan como mensajeros químicos y favorecen la regulación inmunitaria. Ambos grupos son
Los resultados mostraron que los estudiantes que declararon síntomas de ansiedad tenían tanto un porcentaje como un número más bajos de células NK circulantes y sus subtipos que los que no presentaban síntomas. La gravedad de la ansiedad también influyó. Los estudiantes con síntomas moderados o graves presentaban un porcentaje significativamente menor de células NK circulantes, mientras que los que tenían síntomas mínimos o leves sólo mostraban un descenso pequeño y estadísticamente insignificante. En los estudiantes con trastornos del sueño, las puntuaciones más altas de ansiedad se asociaron con una proporción menor de células NK periféricas en general.
Consecuencias de un sistema inmunitario debilitado
Una disminución de las células NK puede debilitar la función inmunitaria y aumentar la probabilidad de sufrir diversos problemas de salud, como enfermedades infecciosas, cáncer y enfermedades mentales como la depresión. «Entender cómo afectan estos factores de estrés psicológico a la distribución y actividad de las células inmunitarias, en particular las células NK periféricas, puede aportar información valiosa sobre los mecanismos subyacentes a la inflamación y la tumorigénesis«, explica Alhamawi.
Los investigadores señalaron algunas limitaciones. Sólo se incluyó a mujeres jóvenes, un grupo en el que la ansiedad y los problemas de sueño han aumentado de forma desproporcionada. Este enfoque restringido limita la aplicabilidad de los resultados. El equipo subrayó que se necesitan estudios que incluyan una gama más amplia de edades, géneros y regiones geográficas para comprender mejor cómo afectan la ansiedad y el insomnio a los niveles y la función de las células NK.
Medidas del estilo de vida y el impacto del estrés en la inmunidad

Actividad física
El ejercicio moderado y regular no sólo favorece la salud en general, sino también la actividad y el recuento de células NK. Los estudios han demostrado que la actividad física moderada (por ejemplo, correr, montar en bicicleta o hacer yoga con regularidad) puede aumentar el número de células NK en la sangre. Sin embargo, parece que un esfuerzo físico excesivo, como el que se produce durante el ejercicio intenso, puede tener el efecto contrario y debilitar temporalmente el sistema inmunitario.
Nutrición
Una dieta equilibrada rica en vitaminas, minerales y antioxidantes también favorece el funcionamiento del sistema inmunitario. Ciertos alimentos como las frutas, las verduras, los cereales integrales y las grasas saludables (por ejemplo, los ácidos grasos omega-3) pueden tener efectos antiinflamatorios y reforzar el sistema inmunitario en su conjunto, incluida la actividad de las células NK.








